La primera vez que la escuché no tendría yo más de 10 años y me pareció la cosa más triste que podría escuchar. Le han hecho un montón de versiones desde las más cursis hasta las más sublimes pero ayer en un restaurante la volví a escuchar en su versión jazz y cómo me estremeció. Es que el jazz la hace muy cachonda, le quita la tristeza y la hace muy sexy.
Pero escucharla con Yves Montand me enchina más el cuero:
"Mais la vie sépare ceux qui s'aiment
Tout doucement, sans faire de bruit
Et la mer efface sur le sable
Les pas des amants désunis."
Oh la la....
¿y a usted que me lee, le enchina el cuero, lo alucina o le es indiferente?
4 comentarios:
y de rebote... aparecí aquí... en principio a echar una ojeada... a descubrir... manías mías! Descubrir. Actividad no muy masiva en los tiempos que corren, más bien de práctica individual y poco aconsejable el hacerla pública, pues ya se sabe de quien se aparta del rebaño... en fin, sin más rollos, decirte que... comparto tu dolencia mental, o no, yo tengo otros nombres para eso, algún día. Y no sólo la dolencia es común, sino la terapia, en mi caso... de seis cuerdas, son dos, y son mi medio de expresión unas veces, y otras de autocompasión. Pero en definitiva, terapia jajajaja.
Voy a seguir descubriendo, ahora, creo, que un programa de radio, ya te diré!
un abrazo!
Condesa, a mi me deja indiferent, yo es que no puedo con el idioma francés. Me suena gangoso.
Cerkadelmar,
Las dolencias mentales que padezco son sólo pajas, no hay mejor nombre que ese para describirlas. Y bienvenido a seguir descubriendo
Bicha,
Me encanta tu sinceridad y vale que esa desfachatez es lo que más aprecio de ti.
Un besote
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